To the Light and Back Again…
una historia de mi paseo por el cielo
Un día como hoy hace seis años, hubiere vivido al tiempo una de las experiencias más trascendentales en el camino de la vida. Nada, absolutamente nada, se compara con ese momento suspendido en el tiempo y aún ahora no tengo las palabras adecuadas para describirlo. Aquel día, volví a nacer.
La jornada transcurría normalmente y leía en mi agenda un check up rutinario en el hospital. Al encaminarme al lugar, sentí una gran inquietud, una pesadez en las piernas y letargo en general. Mis guías espirituales me decían, no prosigas y al estar llena de temor, me preguntaba si mi intuición estaba siendo afectada por paranoia o resistencia a los hospitales o bien si todo iba bien. Al inscribirme, la secretaria me aseguraba que todo estaba bien ante mis preguntas para verificar si los registros eran correctos, etc.
Aún entonces estaba más fuerte la resistencia y el estrés. Al fin llegué al consultorio en un rincón obscuro de la clínica, algo más para agregar a la incertidumbre. Después de un momento, llegó la enfermera asegurándome que todo era una revisión rutinaria y que saldría rápidamente para disfrutar de la tarde con mi amore. En seguida, llegó la doctora, pasé y al terminar con el procedimiento pensé: ¡era solamente el estrés ahora sí ya me voy de aquí! Pero, rectificando un montón de papeles, la doctora me dice: sabes, falta algo no me tardo nada voy a realizar otra prueba. Y entonces de pronto sentí un dolor electrizante que podría jurar que sentí cada terminación nerviosa en mi cuerpo por primera vez en mi vida. Como un rayo intenso que implacablemente me consumía en una fracción de segundo.
De pronto, todo cambió en un instante. De estar en un momento en extremo shock, ahora estaba en un lugar maravilloso en donde todo era luz, amor y paz infinita. Ahí me sentí como en casa, ese saber interior que reconoce lo verdadero más allá de la razón o el tiempo. Estaba en casa, auténticamente en casa por fin. ¡Qué dicha esa libertad absoluta! Era como si de pronto tomaba consciencia de que el cuerpo fuese como una burbuja conteniendo tu ser y de pronto esa burbuja se disolvió en un instante y regresara a un estado de perfección en donde eres libre, radiante, ilimitado, real. La ligereza etérea de flotar y saberse uno con ese infinito océano de amor es mucho más de lo que pudiera decirte. Todo era luz vibrante y en esa luz todos los seres convergían. Todos eramos uno y a la vez partes del todo en perfecto amor. La comunicación era telepática y armoniosa. ¡Qué felicidad estar en casa, que alegría incomparable! De verdad que es muy poquito lo que puedo compartirte con estas palabras porque es más allá de lo que pudiera decirte.
Pude ver un círculo radiante enorme de luz dorada más intensa que el sol de mediodía y sin embargo, tan fácil de contemplar que ejercía un encanto magnético (ahora recuerdo que no estaba el reino físico por eso no había incomodidad al mirarla). Sentía esa invitación suave para fluir hacia allá como si fuese ese espacio el corazón de esa dimensión. Flotaba hacía allá y de pronto una figura de un niño como de 5 o 6 años, me preguntaba mentalmente: “ a dónde vas?” Yo le respondí: “Chiquito bello, no sé a dónde quieres ir tú pero yo voy para allá.” Y él continuó: “No, todavía no es tu tiempo.” Y apenas tenía la intención de responderle algo, cuando de pronto… sentí una especie de vórtice de compresión como para volver a la burbuja corporal y entonces, ¡ahhhh! Otra vez, el dolor, el frío, doctores a mi alrededor, movimiento, confusión. Estaba de regreso en la Tierra.
Tras unos minutos en donde todo me daba vueltas, me llevaron a otro sitio y la doctora me decía: “Discúlpame, discúlpame”. Yo le dije como pude con la debilidad: “No hay problema.” Lo dije de todo corazón porque estaba como embriagada de amor absoluto. Todo se sentía de vuelta en el mundo como un milagro y en cada momento sagrado se entreveía realidad que en su esencia verdadera es luz. Es como si el mundo fuese algo chiquitito para agradecer, amar y atesorar. Al ver a mi marido a mi lado sentí como si hubiese pasado mucho tiempo y supe que, en esta existencia, el amor es lo único real y verdadero y que estamos aquí para compartir esa una gotita de luminosidad divina que todos los seres compartimos siendo a un tiempo el gran océano del Ser Universal. Qué privilegio tan lindo ser parte de algo más allá de la materia y del tiempo, ser parte del infinito.
Con este vivencia, desde aquel 4 de septiembre del 2014 en el tiempo de Cronos, puedo decir que he experimentados cambios inexplicables como que ahora amo el color dorado, me encantan de pronto los unicornios, mis sentidos se agudizaron, mi percepción de la energía sutil es mucho más clara, la conexión con mis guías está reforzada, tengo sueños más vividos, escucho la música de los objetos, amo las casas con interiores blancos, estoy aún más que antes intensamente enamorada del cosmos y de todos los seres. Ahora sé que este viaje no se trata de nosotros, sino de conectarnos en este eterno viaje de regreso al amor que es para siempre. Dentro de mí hay una parte, que independientemente de lo que suceda en este mundo, siento tanto amor a mi alrededor y en diferentes frecuencias que realmente es como si misión fuera estar repartiendo pétalos por doquier saltando a través del espacio. Después de todo con esta nueva cuenta, tengo solamente seis años 🙂
Dedico esto con todo mi amor a todas las personas que me han invitado en compartir mi experiencia, a los grupos de NDE, a uno de mis músicos favoritos: Cerati quien regresó a su estado de perfección ese mismo día, y a ti peregrino cósmico hermano, que encuentres siempre Luz en tu espíritu divino y que la repartas por el mundo.
Recibe un fuerte abrazo desde mi rinconcito del Universo hasta donde estés. Recuerda que eres magia, el cosmos todo te lo da. Infinita Luz para ti. Namaste♥
Un abrazo enorme!
Namaste
Cindy
Astrología Evolutiva * Tarot Espritual * Coaching Holístico
Fundadora del estudio holístico Vivat Crescat Floreat, creativa multiapasionada, profesora de desarrollo personal, espiritual y de las artes, tallerista internacional. La puedes encontrar en la ofi o bien meditando en el bosque, abrazando un árbol, creando música, jugando con acuarelas, mirando en el telescopio, estudiando como loca enamorada todo sobre las artes mísitcas, mimando a todo gato que se cruce en frente, o bien, si el clima lo permite, emprendiendo un peregrinaje espontáneo con el amor de su vida.